El 27 de febrero de 2012 se cumplirán doscientos años de la creación de la bandera argentina que las tropas expedicionarias de Belgrano utilizaron como estandarte frente al enemigo español en las barrancas del río Paraná, en las proximidades de la actual Rosario, por entonces un caserío sin nombre.
Simbolizó en ese momento la decisión independentista avanzada de los sectores más democráticos. Dirigentes y fuerzas que lograron encausar el proceso revolucionario iniciado en los principios del siglo XIX y que estalló el 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca, uno de los focos revolucionarios de la América oprimida, y el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires.
Esa bandera significó desde entonces
un verdadero gesto de rebeldía de Belgrano frente al predominio político rivadaviano en el Triunvirato, que
desalentaba la revolución porque contradecía los intereses económicos y
diplomáticos de los terratenientes y comerciantes porteños. Fue la bandera que
Belgrano llevó con
triunfos y derrotas hacia el centro de poder de los opresores españoles –el
Perú y el Alto Perú–, abriendo un largo período de lucha popular, abonado con
la sangre de muchos patriotas anónimos, hacia la independencia de España y “de
toda otra dominación extranjera”.
Con posterioridad, derrotados los
sectores revolucionarios y democráticos, la oligarquía terrateniente,
subordinada a los imperialismos, intentó borrar su origen independentista y
popular, desvió su significado enarbolándola en
la llamada conquista del desierto −verdadero genocidio de
la población originaria−, y usándola tanto al negociar el Pacto Roca
Runciman como al imponer el terrorismo de Estado, arrodillarse ante el FMI o vender
nuestro patrimonio. Es decir, se la utilizó al servicio de la dependencia nacional
y el sometimiento de nuestro pueblo.
Sin embargo, el pueblo argentino recupera en cada una de sus luchas el verdadero
origen de nuestra bandera y el significado que ganó en los combates por la
independencia.
Para la conmemoración de su bicentenario
en Rosario, ha sido anunciada la presencia de la presidenta de la Nación en un
gran acto y espectáculo artístico-cultural. Allí, absorbida por el “relato”
oficial, la gesta de la bandera servirá una vez más para encubrir con un falso discurso
“nacional y popular” la realidad de un país que avanza en la dependencia de las
grandes potencias extranjeras. Un país donde se profundiza la concentración y
extranjerización de la industria y de la propiedad de la tierra, del mismo modo
que la sojización del campo con el “yuyo” que propagó y del que saca suculentos
ingresos el gobierno nacional. Un país donde avanza la explotación contaminante
junto al despojo de nuestra riquezas mineras y petroleras, donde el peso de la
crisis es sostenido por el ajuste a los asalariados y jubilados mientras los
reyes del juego pagan contribuciones risibles, y donde crecen la represión y
judicialización de los conflictos sociales. En fin, una Argentina en la que no
se resuelven los males estructurales que engendran millones de pobres con
necesidades básicas insatisfechas en un territorio inmensamente rico.
Ante esta situación, los abajo
firmantes adherimos a la convocatoria de organizaciones sociales y políticas de
Rosario para hacer un gran homenaje popular a la bandera argentina que, con
centro en esa ciudad, despliegue en todo el país las banderas rebeldes que en
manos de nuestro pueblo le rinden hoy tributo.
¡Que confluyan en las barrancas del
Paraná y en toda la Argentina las banderas nuevamente ensangrentadas de los
originarios, las que dicen no a la megaminería, las de nuestros combatientes en
Malvinas, las que se enarbolaron para impedir los remates de campos y en las
luchas agrarias, las agitadas en los piquetes de los desocupados, en las
fábricas reactivadas por sus obreros y en las luchas de todo el movimiento
obrero. Todas las banderas que encarnan hoy la rebeldía y la capacidad de lucha
de nuestro pueblo, única fuerza que podrá llevar adelante una segunda y
definitiva independencia de la Argentina y de la América grande!
Adhesiones: bicentenariomayo@yahoo.com.ar
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